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Consejos para mejorar tu relación con la comida y promover una alimentación saludable

Consejos para mejorar tu relación con la comida y promover una alimentación saludable

La forma en que nos relacionamos con la comida está estrechamente ligada a nuestro estado emocional. Por esta razón, es importante que la nutrición y la psicología trabajen de la mano. A veces, la falta o exceso de información nos deja sin saber qué hacer. Podemos creer que estamos cuidando nuestra alimentación de manera adecuada, pero en realidad puede ser perjudicial para nuestro bienestar físico y mental. Cuando no sabemos cómo manejar adecuadamente nuestras emociones, la comida puede convertirse en una vía de escape, llevándonos a abusar de alimentos poco saludables o a ser muy estrictos con nuestra dieta. Es importante aprender a tener una relación saludable con la comida para nuestro bienestar físico y mental.

Emociones y alimentación

A lo largo de nuestra vida, especialmente durante la infancia, aprendemos a asociar ciertos alimentos con diferentes estados emocionales: «los dulces son un premio», «el chocolate calma los problemas». Con el tiempo, comenzamos a depender cada vez más de la comida para sentirnos bien, y esto se convierte en un comportamiento automático difícil de controlar. Descubre si tienes una buena relación con la comida:

Distinción entre hambre emocional y fisiológica

El hambre emocional se manifiesta de repente y suele ir acompañada de un deseo específico por algún alimento, a menudo algo que nos hemos prohibido. Puedes observarla cuando comes muy deprisa, te sientes desagradablemente lleno y sientes culpa después. En este caso, comer podría ser una manera de huir de los problemas o de refugiarnos.
En cambio, el hambre fisiológica va apareciendo poco a poco y necesitas tiempo para sentirla, es decir, no tienes el deseo de comer de inmediato.

Calidad de los alimentos frente a cantidad de calorías

A menudo nos centramos en la cantidad de calorías de los alimentos que consumimos y hacemos cálculos para ver si «nos hemos pasado», pero la verdad es que la calidad de los alimentos que ingerimos y la forma en que lo hacemos son fundamentales.

la forma que tenemos de relacionarnos con la comida
La forma que tenemos de relacionarnos con la comida

Puede resultarte útil pensar qué emoción asocias alimentos como chocolate, patatas fritas, pizza, hamburguesa, bollería, tartas, refrescos, helados…

Este ejercicio te ayudará a saber cómo relacionas la comida con las emociones. Es importante tener en cuenta que estas asociaciones pueden variar de persona en persona y que no hay nada de malo en disfrutar de estos alimentos de vez en cuando. Sin embargo, es importante ser conscientes de cómo nos sentimos al consumir estos alimentos y tratar de encontrar un equilibrio en nuestra alimentación. También es importante buscar formas saludables de satisfacer nuestras necesidades emocionales en lugar de recurrir constantemente a la comida.

Consejos para tener una buena relación con la comida

  • No recompenses ni castigues con alimentos: «Como he tenido un mal día, me merezco una pizza», de esta manera le enseñamos a nuestro cerebro que cada vez que nos sintamos desanimados o enfadados, la comida rápida es nuestra salvación. Busca otras opciones para desconectar, como tener una conversación, hacer deporte, relajarte…
  • No prohíbas alimentos: Ningún alimento es perjudicial ni esencial para la vida. Cuando nos prohibimos algún alimento, podemos conseguir lo contrario a lo que nos habíamos propuesto, puede crearnos más curiosidad y ganas de probarlo.
  • Asegúrate de que tus objetivos sean realistas: Conocer nuestras limitaciones y posibilidades nos ayudará a establecer metas que podamos cumplir. No es realista pretender no comer ningún tipo de procesado en el entorno y la sociedad en la que vivimos. Si no somos flexibles ante esta idea de comer siempre sano, la frustración crecerá. Si la comida es nuestro recurso cuando nos sentimos mal, aumentará la ingesta de alimentos.
  • Identifica tu motivación: El primer paso para poder construir metas reales y no perder la motivación en el camino es identificar nuestras debilidades, nuestro entorno, nuestro ritmo de vida…
  • Identifica la publicidad emocional: Muchos eslóganes nos persuaden conectando la comida con la felicidad o para paliar una emoción desagradable. Ser conscientes de ello nos ayudará a distinguirlo y asociar la comida a lo que nosotros decidamos.
  • Disfruta del momento de comer: La ansiedad puede llevarnos a comer mucho y muy rápido, sin tener la sensación de habernos saciado y haber disfrutado de ese momento. El cerebro necesita 20 minutos para comenzar a generar sensación de saciedad. Intenta comer más despacio, masticar más los alimentos, hacer pequeñas pausas entre bocados, establecer un tiempo mínimo, buscar un ambiente tranquilo para comer..

Acompañar con otros hábitos la buena alimentación

Concebimos en muchas ocasiones la “dieta” como algo transitorio, de esta forma conseguimos objetivos a corto plazo, siendo más exigentes para conseguir resultados más rápidos. Lo que podemos obtener de esta manera es castigarnos y frustrarnos al no conseguir nuestros objetivos.

  • Crea un estilo de vida saludable: Es importante que nuestro día a día se base en una alimentación saludable y variada, pero siendo flexibles y teniendo en cuenta las limitaciones comentadas. Tu estilo de vida puede ser saludable, ser más flexible los findes de semana o en vacaciones no va a cambiar tu modo de vida.
  • Busca diferentes aficiones que te gusten: La relación con la comida mejora cuando abrimos el abanico de posibilidades para sentirnos bien física y psicológicamente. Hacer ejercicio físico, leer, cuidar las relaciones sociales…. influye en la autoestima y percepción que tengamos de nosotros mismos.

Pensar en los beneficios a largo plazo es esencial para tener una buena relación con la comida y crear hábitos saludables de manera progresiva. Para lograr esto, es necesario trabajar en superar obstáculos y ajustar nuestros objetivos para ser realistas y evitar sabotearnos a nosotros mismos.

En conclusión

Es importante ser conscientes de los cambios y dificultades que nuestro cuerpo ha enfrentado y tratarlo con amor y compasión al buscar mejorar nuestra forma física. Debemos recordar que nuestros cuerpos son únicos y no existen las «dietas milagro» que funcionen para todos. Lo que sí funciona es encontrar un estilo de alimentación y actividad física que se ajuste a nuestras necesidades individuales y que podamos mantener a largo plazo. Esto incluye tener una actitud positiva y realista hacia nuestras metas, y estar dispuestos a adaptarnos y ajustarnos a medida que nuestras necesidades cambien. También es importante ser pacientes y recordar que mejorar nuestra salud y forma física lleva tiempo y esfuerzo, y es normal experimentar altibajos en el proceso. En resumen, la clave es encontrar un estilo de vida saludable y sostenible que funcione para nosotros y nos permita sentirnos bien a largo plazo.

 

Self Psicólogos Majadahonda

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Bibliografía

Jáuregui-Lobera, I., Iglesias Conde, A., Sánchez Rodríguez, J., Arispon Cid, J., Andrades Ramírez, C., Herrero Martín, G., & Bolaños-Ríos, P. (2018). Autopercepción del peso y forma física, percepción de la imagen corporal y conductas de control de peso y alimentarias en adolescentes. Nutrición Hospitalaria, 35(5), 1115-1123.

Martín, G. H., & Ramírez, C. A. (2019). Psiconutrición. Aprende a tener una relación saludable con la comida. Editorial Almuzara.

GONZÁLEZ, O. D. J. (2020). EnCaminArte. Intervención psiconutricional familiar con terapia de arte para fomentar la autoeficacia, crianza y alimentación saludable de niños con obesidad (Doctoral dissertation, UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA).

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