Claves para hablar en público

A menudo, hablar en público es una experiencia estresante y nerviosa que puede resultar desagradable. Si no estás acostumbrado, es posible que comiences a tener pensamientos como: «¿Qué pensarán de mí?» o «No voy a poder hablar correctamente». En algunas ocasiones, nos encogemos de hombros y nos volvemos más pequeños. Pero, ¿qué nos está sucediendo? ¿por qué sentimos miedo? Una de las principales razones por las que esto ocurre es que no estamos acostumbrados y, por lo tanto, no sabemos cómo manejarlo.

La buena noticia es que hablar en público es algo que se puede aprender y mejorar con la práctica, podemos compararlo con aprender a conducir. La primera vez que te pones al volante, apenas puedes mirar por el espejo mientras cambias de marcha y pisas el embrague. Sin embargo, con el paso de los años, mientras conduces, incluso puedes escuchar música, conversar con el copiloto y disfrutar de unas patatas fritas si te apetece. Lo mismo ocurre con hablar en público.

Existen varios desafíos al hablar en público. Quizás algunos de ellos te parezcan obvios, pero en la realidad no lo son tanto. Es como cuando llamas al responsable de tecnología porque tu ordenador no funciona y te pregunta: «¿La has encendido?». Parece algo evidente, ¿verdad?, pero en ocasiones estamos tan concentrados en el motivo por el que la pantalla no se enciende que no nos damos cuenta de que el dispositivo no está enchufado. Y no, no eres tonto, simplemente estás enfocando tu atención en el lugar equivocado.

Al hablar en público, es importante recordar que todos hemos pasado por eso en algún momento y que los errores son parte del proceso de aprendizaje. Cuanto más practiques y te expongas a situaciones de hablar en público, más confianza adquirirás y mejor manejarás cualquier inconveniente que surja. Recuerda que cada experiencia te ayuda a crecer y mejorar tus habilidades comunicativas.

• Conoce a tu público: Investiga quiénes serán tus oyentes, averigua su edad, intereses y el tipo de audiencia que enfrentarás. Esto te ayudará a adaptar tu discurso para que sea comprensible y relevante para ellos.
• Ensaya con un público: Es importante practicar tu presentación frente a alguien. Pide a familiares o amigos que te escuchen y te den retroalimentación, su opinión te ayudará a mejorar y ganar confianza en tus habilidades de expresión oral.
• Evita memorizar el discurso: En lugar de memorizar cada palabra, enfócate en comprender el contenido y la estructura general del discurso. Esto te permitirá transmitir pasión y autenticidad al hablar, evitando sonar mecánico.
• Aprende de las devoluciones: Escucha atentamente los comentarios y consejos que recibas de tus seres queridos durante los ensayos, aprovecha los consejos valiosos y descarta aquellos que no te sean útiles.
• Grábate en video: Utiliza la grabación en video para analizar tu lenguaje corporal, gestos y expresiones faciales. Observa cómo puedes mejorar tu comunicación no verbal y hacerla más efectiva.
• Utiliza tarjetas de apoyo: Si te sientes más seguro, prepara tarjetas con puntos clave para ayudarte a repasar y recordar la estructura de tu discurso. Las tarjetas te darán seguridad y evitarán que te pierdas durante la presentación.
• Analiza tus pensamientos: Presta atención a los pensamientos negativos o dudas que surjan antes de la presentación. Evalúa cuánto de verdad hay en ellos y trabaja en reemplazarlos con pensamientos positivos y confianza en ti mismo.
• Practica regularmente: Al igual que con cualquier habilidad, canto más practiques hablar en público, mejor te desenvolverás. Dedica tiempo regularmente para practicar y perfeccionar tus habilidades de expresión oral.

• Utiliza ayudas visuales: Puedes apoyarte en una presentación digital o en cartulinas con los puntos principales de tu presentación. Evita tener demasiado texto y opta por desarrollar las ideas de manera verbal. Recuerda que es mejor hablar que leer durante tu exposición.
• El nerviosismo desaparece: Ten presente que después de los primeros minutos, el nerviosismo tiende a disminuir. Si tienes la oportunidad, saluda a algunas personas de la audiencia antes de comenzar. Esto te ayudará a sentirte más cómodo y conectado con el público.
• Respira y relájate: Antes de comenzar, toma aire y respira profundamente. Evita hiperventilar y busca relajarte. Una técnica efectiva es inhalar lentamente y exhalar aún más despacio. Recuerda que la exhalación debe ser más larga que la inhalación para reducir la ansiedad.
• Espera el momento adecuado: Dales unos minutos a todos para que se acomoden y luego dirige tu mirada a toda la audiencia. Este gesto ayudará a captar su atención y generar un ambiente de receptividad.
• Establece contacto visual: Elige a una persona amistosa en el centro de la sala y dirige tu mirada a ella. Luego, alterna tu atención entre otras dos personas amigables, una a cada lado. De esta manera, darás la sensación de establecer contacto visual con toda la audiencia.
• Usa un lenguaje sencillo y natural: Evita palabras difíciles de pronunciar o que no formen parte de tu vocabulario habitual. Mantén tu discurso simple y natural. Pretender ser alguien que no eres generará expectativas que no podrás cumplir.
• Utiliza una frase memorable: Finaliza tu discurso con una frase impactante que resuma tu mensaje. Puedes utilizar una cita de algún autor reconocido. Por ejemplo, como dijo Nietzsche: «Mi ambición es decir en diez frases lo que otros dicen en un libro». También puedes comenzar tu presentación con la misma frase para dar coherencia a todo el discurso.
• Sé claro y conciso: Evita divagar y enfócate en transmitir un mensaje claro y directo. No distraigas a la audiencia de lo realmente importante.
• Apela a las emociones: Intenta emocionar a tu audiencia, ya que tocar el lado emocional es altamente efectivo. Utiliza historias o ejemplos que generen conexión y empatía con los oyentes.
• No te lo tomes personalmente: Si alguien se marcha durante tu presentación o bosteza, no lo interpretes como algo personal. Puede haber diversas razones para su comportamiento, como una cita con el dentista o la falta de sueño por cuidar de un bebé. Mantén el enfoque en tu discurso y en los demás miembros de la audiencia.
• Confía en ti mismo: Recuerda que la confianza se logra a través de la práctica. Cuanto más practiques, más seguridad obtendrás al hablar en público. Confía en tus habilidades y en el trabajo que has realizado previamente.

Autora: Rebeca Carrasco García

Psicóloga y Psicoanalista en Self Psicólogos Majadahonda

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