Cómo ser menos perfeccionista y autoexigente

El perfeccionismo no va de hacer las cosas bien, sino de hacerlas de forma excelente. Y esta excelencia suele ser una demanda superior a lo que requiere la situación. Es decir, hay una gran diferencia entre las personas que quieren hacer las cosas bien y mejorar, y  las personas perfeccionistas: para estas nunca se cumplen las expectativas, da igual el esfuerzo o el desempeño que pongan en la tarea porque nada es suficiente. A veces, en nuestra cultura se alienta el ser perfeccionista, como si fuese algo positivo, pero el perfeccionismo es una ilusión de control, y el control tiene que ver con el miedo.

Es necesario tener cierto nivel de control en nuestra vida. Si tu conduces un coche puedes controlar el volante, pero no puedes controlar lo que hace el coche de delante o si se cruza un peatón. Como conductor puedes controlar tu distancia, tu velocidad, el manejo de las luces, etc., pero no puedes controlar lo que está fuera del coche.

¿Cuándo el perfeccionismo se convierte en un problema de salud?

Cuando una persona es muy perfeccionista tiene unas expectativas de logro muy altas, aspira a la perfección. Esto puede ser muy contra producente, ya que por un lado tenderá a tener mucha ansiedad, y también puede autocastigarse o «machacarse».

Las personas perfeccionistas tienen unos ideales muy altos o incluso desmesurados, y cuando intentan llegar  a esos ideales y no los consiguen comienzan a autocastigarse o machacarse. Es aquí donde empiezan las autocríticas como: no valgo, no sirvo, soy inútil. Las personas perfeccionistas tienen la esperanza de que cumplir esos objetivos o ideales «tan grandes» les ayudará a sentirse más satisfechas, y se ponen metas a veces imposibles de cumplir, por lo que están destinados a estar insatisfechos constantemente.

Todo esto genera mucha ansiedad e inseguridad a la hora de afrontar las situaciones cotidianas, y además, tienen tanto miedo a equivocarse que evitan participar en otras situaciones o actividades. En un círculo vicioso donde al no participar sus vidas quedan empobrecidas, ellos no crecen, se sienten insatisfechos e inútiles y volvemos a empezar.

¿Cómo se si soy perfeccionista?

No hay una pauta concreta sino distintas dinámicas como las siguientes:

• No celebran los éxitos: A menudo confunden la obligación con el éxito, y creen que algunos objetivos son un deber. Por ejemplo, si aprueban un examen con un notable no lo celebran porque es lo que debe de ser. 
• Viven los errores como un fracaso: Admitir que han fallado les hace sentir insuficientes, y empiezan a autocriticarse, por lo que es mejor no equivocarse para evitar el «auto machaque»
  
• Son muy exigente con ellos mismos, y con los demás: Por ejemplo, no pueden delegar las tareas en otros y se sobrecargan porque no los demás no lo hacen como ellos. Por ejemplo, hay personas que no quieren tener ayuda en casa porque no limpian como ellas, y prefieren hacerlo ellas aunque se sobre carguen y no tengan tiempo para otras cosas.
• A veces prefieren no hacer cosas para no fracasar: El miedo a no estar a la altura les hace quedarse en la zona de confort y no aprender cosas nuevas.
  
• Pasan mucho tiempo intentando esconder sus imperfecciones o lo que ellos consideran imperfecciones Se juzgan tanto a ellos mismos que sienten que los demás les juzgan igual.

 ¿Cuáles son las ventajas y los “inconvenientes” del perfeccionismo?

Depende de cómo se mire, el perfeccionismo no tiene ventajas y tiene todos los inconvenientes. Voltaire decía que lo perfecto es enemigo de lo bueno, podríamos decir que lo perfecto es enemigo de lo posible, ya que lo perfecto no existe. Ser perfeccionista no es un buen rasgo, podemos hablar de alguien eficiente o trabajador, eso si son rasgos buenos, pero no perfeccionista.

Por ejemplo, una mamá perfecta quiere un niño perfecto, una persona perfecta quiere una pareja perfecta, un trabajador perfecto quiere compañeros perfectos, y un amigo perfecto quiere unos amigos perfectos. Son personas que van a estar muy insatisfechas, en general, porque siempre están decepcionadas consigo mismas y con los demás.

¿La autoexigencia tiene que ver un poco con ese perfeccionismo, pero a nivel interno?

El perfeccionismo tiene que ver con unas metas muy altas, y la autoexigencia con lo que hay que hacer para cumplir esas metas. La autoexigencia es con uno mismo y el perfeccionismo puede ser con todo en la vida.

¿Cómo aparece la autoexigencia?

Es una construcción que se va creando con las normas que vamos aprendiendo a lo largo de nuestro desarrollo. Tienes que hacer, tienes que ser, eres, etc. Se genera con los mensajes externos, es decir,  lo que hemos escuchado, lo que hemos visto. Puede haber múltiples causas: la sociedad, la cultura, la familia, la escuela. Por ejemplo, hoy en día el mensaje es ser una super persona, ya sea hombre o mujer: tienes que ser una mamá perfecta, con un cuerpo perfecto, con un trabajo de éxito, y una casa perfecta. Todo estos mensajes lo vemos a diario. Estoy de acuerdo en que el esfuerzo debe de ser alentado, pero solo cuando nos esforzamos por cosas que realmente deseamos nosotros y cosas que son realistas. A veces, nuestras metas están impuestas por otros, o intentamos cumplir las expectativas que creemos que los demás tienen de nosotros.

¿Qué relación tienen la autoexigencia y perfeccionismo?

La autoexigencia es más una exigencia por llegar a un sitio, mientras que el perfeccionismo es creer que hay un sitio ideal al que llegar.  Tanto la autoexigencia como el perfeccionismo son términos que hablan de alcanzar un ideal, y los dos nos ponen en los «deberías», lo cual, a menudo, está muy lejos de lo que somos o lo que realmente queremos ser.

Actualmente, hay mandatos sociales muy orientados a lo productivo. En consulta encuentras muchas personas que no pueden parar de hacer cosas porque están intentando todo el rato cumplir los mandatos sociales, o familiares, etc.… a menudo incluso no son cosas que estén conectadas con el propio deseo sino con querer cumplir expectativas culturales o sociales.

Cuando sufrimos estrés, ansiedad, fobias,… ¿el origen puede estar en el perfeccionismo y la autoexigencia?

En cuanto a la ansiedad o el estrés pueden ser síntomas que manifestemos si somos perfeccionistas, es decir, nuestra dificultad para cumplir las expectativas que nos hemos impuesto nos puede generar ansiedad o estrés. Pero la ansiedad o estrés al final es una angustia, y claro que podría estar provocada por el perfeccionismo y la autoexigencia, pero quizás yo me centraría más en entender como se ha creado ese perfeccionismo o autoexigencia. Incluso el perfeccionismo y la autoexigencia también son producto de cosas más profundas que habría que explorar.

Algunas herramientas o ejercicios para mejorar el perfeccionismo insano y la autoexigencia

Lo primero que destacaríamos sería hacer terapia. Pero, de forma muy genérica sería bueno revisar las expectativas de uno mismo, de los demás, y comprobar si son realistas. Poner un poco de realidad siempre es bueno. Y sobre todo ser compasivo con uno mismo.

También nos puede ayudar saber diferenciar si las metas son nuestras o son de otros, para ello podemos hacernos preguntas de este estilo: ¿cómo se han generado esas expectativas?, ¿qué quiero ser y hacer?, ¿cuánto estoy en lo que quiero ser y hacer?, ¿estoy cerca de lo que yo quiero o de lo que quieren los demás?, ¿qué meta quiero yo?, ¿es mía?

Y para terminar,  es muy importante poder cambiar el hecho de vivir las equivocaciones como un fracaso. Todo es ensayo y error porque en la vida algunas veces se gana, y otras veces se aprende.

Si te ha interesado el artículo, te dejamos también un vídeo, donde Rebeca Carrasco, de Self psicólogos, y Aurora, del Divan de Freud hablan sobre cómo ser menos perfeccionista y autoexigente, y brindan algunas pautas para sufrir menos.

El Diván de Freud  https://eldivandefreud.wordpress.com/

Self Psicólogos  https://www.selfpsicologos.es/psicologos-majadahonda-ansiedad-depresion-terapia-pareja-adultos-adolescentes/