El vacío del descanso: ¿por qué me siento peor cuando paro?
Cuando el descanso no alivia: el malestar que emerge al parar
Llega el verano. El reloj se detiene, las obligaciones se reducen y, por fin, tenemos tiempo para nosotros. Pero en lugar de sentir alivio, algunas personas experimentan inquietud, tristeza o incluso ansiedad. ¿Te ha pasado que, al dejar de trabajar o al iniciar unas vacaciones, en lugar de relajarte, te sientes peor?
Este fenómeno es más común de lo que parece. Muchas personas que acuden a Self psicólogos en Majadahonda lo describen con frases como: “No sé estar sin hacer nada”, “El silencio me incomoda”, o “Solo cuando paro, me doy cuenta de cómo estoy”.
En este artículo exploramos por qué nos sentimos así y qué podemos hacer para recuperar el verdadero descanso que nutre y repara.
El trabajo constante como refugio emocional
La hiperactividad —ya sea laboral, social o incluso de ocio— puede convertirse en una forma de evitar entrar en contacto con emociones que nos incomodan. En una sociedad que valora la productividad por encima del bienestar emocional, detenerse puede hacernos sentir culpables, inútiles o incluso inseguros.
Desde la psicología de adultos, sabemos que la sobreocupación a menudo enmascara malestares más profundos: heridas no elaboradas, duelos pendientes, conflictos internos o una sensación persistente de vacío. Mantenernos ocupados puede parecer una estrategia útil a corto plazo, pero cuando finalmente paramos, todas esas emociones no resueltas encuentran su oportunidad para emerger.
Quizás también te interese nuestro artículo sobre: Cómo manejar el estrés en un mundo hiperconectado
Vacaciones, verano y el efecto “rebote” emocional
El verano suele ir acompañado de una expectativa de disfrute: buen tiempo, desconexión, viajes… Pero esta desconexión puede convertirse en un espejo que nos muestra aspectos internos que llevaban tiempo acumulándose. Las pausas permiten que el cuerpo descanse, pero también que la mente recupere temas inconclusos.
Esto es especialmente frecuente en quienes han estado sometidos a altos niveles de exigencia o estrés mantenido. La “ansiedad en vacaciones” aparece, paradójicamente, como resultado del descanso: el cuerpo se relaja y la mente, sin distracciones, se llena de pensamientos que antes no tenían espacio.
En nuestro centro psicológico en Majadahonda, muchas personas adultas acuden por primera vez justo tras el verano, cuando se dan cuenta de que “algo no va bien”, a pesar de haber descansado físicamente.
Quizás también te interese nuestro artículo: Claves para manejar el estrés por exceso de tareas
¿Por qué nos cuesta tanto parar?
Detenernos implica mirar hacia dentro. Y eso puede dar miedo. Al parar, aparecen preguntas como:
-
¿Estoy satisfecho con mi vida?
-
¿Qué sentido tiene lo que hago cada día?
-
¿Estoy en paz con mis relaciones más importantes?
-
¿Cómo me siento conmigo mismo cuando no hay nada que hacer?
Estas preguntas pueden resultar abrumadoras si no hemos aprendido a escucharnos con compasión y sin juicio. Por eso, muchas personas recurren a ayuda psicológica para poder explorar estas cuestiones sin sentirse solas ni perdidas.
Pautas y estrategias para reconectar contigo en el descanso
Cuando el descanso inquieta, puede ser una señal de que hay algo dentro que necesita ser atendido. Aquí te dejamos algunas pautas para empezar a hacerlo de forma amable y segura:
1. Observa sin intervenir
Dedica al menos 10 minutos al día a estar contigo sin hacer nada: sin móvil, sin estímulos, sin juicio. Solo observa cómo te sientes. ¿Qué pensamientos aparecen? ¿Qué sensaciones hay en tu cuerpo?
2. Escribe lo que sientes
Llevar un diario emocional durante las vacaciones puede ayudarte a dar nombre a lo que vives. Pregúntate: ¿Qué me ha hecho sentir incómodo hoy? ¿Qué me ha sorprendido de mí mismo al parar?
3. Normaliza tu experiencia
No estás solo. Muchas personas viven emociones intensas en los periodos de descanso. Reconocerlo y aceptarlo es el primer paso para transformarlo.
4. Busca espacios seguros para explorar
A veces necesitamos acompañamiento profesional para entender lo que nos pasa. Un psicólogo en Pozuelo de Alarcón o en nuestro centro de terapia en Majadahonda puede ayudarte a encontrar sentido a esas emociones que emergen al parar.
¿Te has sentido identificado con esta experiencia?
-
¿Te cuesta desconectar aunque estés de vacaciones?
-
¿Aparecen emociones desagradables cuando dejas de hacer cosas?
-
¿Tienes la sensación de que necesitas estar siempre ocupado para sentirte bien?
Si has respondido “sí” a alguna de estas preguntas, puede ser un buen momento para explorar lo que hay detrás de ese malestar. En Self Psicólogos, nuestro equipo de profesionales en Majadahonda acompaña a adultos, adolescentes, niños, familias y parejas a reconectar con su bienestar emocional y construir una vida más coherente con lo que realmente necesitan.
Conclusión: parar también es avanzar
Detenerse no siempre es cómodo, pero puede ser profundamente revelador. Escuchar el malestar que emerge en el silencio no es un fracaso, sino una oportunidad para conocernos mejor. Si el descanso te inquieta, quizá tu cuerpo y tu mente estén pidiéndote que atiendas algo que ha estado mucho tiempo en pausa.
Escrito por Rebeca Carrasco García
Psicóloga relacional en Majadahonda.

En Self Psicólogos, centro psicológico en Majadahonda, te acompañamos a explorar con calma y seguridad lo que emerge en los momentos de descanso. Estamos en la Calle Gran Vía 52 y también atendemos a personas de Pozuelo de Alarcón, Boadilla del Monte y Las Rozas. Puedes contar con nosotros para iniciar ese camino hacia una salud mental más plena y consciente.