Psicólogo infantil y adolescente Majadahonda: Navidad en paz
Si buscas un psicólogo infantil y adolescente en Majadahonda, quizá te suena esto: llega la Navidad y, en vez de calma, aparecen sobreexcitación, rabietas, discusiones por pantallas y frustración por la comparación. Muchas familias de Majadahonda, Las Rozas, Pozuelo de Alarcón y Boadilla del Monte nos lo cuentan cada año: quieren disfrutar, pero terminan agotadas. En este artículo vamos a ver cómo viven niños y adolescentes estas fechas, qué aprenden de cómo las organizamos y qué puedes hacer para cuidar su salud mental y la tuya.
Pautas desde un psicólogo infantil y adolescente en Majadahonda para una Navidad más tranquila
Cuando pensamos en la Navidad con niños y adolescentes, a menudo imaginamos caras de ilusión frente a los regalos. Sin embargo, muchas familias que acuden a psicología infantil y adolescente en Majadahonda o en zonas como Las Rozas, Boadilla del Monte o Pozuelo de Alarcón describen otro escenario: sobreexcitación, rabietas, discusiones por las pantallas, frustración porque “otros tienen más” y padres agotados que sienten que no disfrutan de nada.
Las fiestas no solo activan emociones en los adultos; también mueven mucho el mundo interno de los más pequeños y de los chicos y chicas que ya se asoman a la adolescencia. En este artículo vamos a explorar cómo viven ellos la Navidad, qué aprenden de la manera en que los adultos la organizan y qué puedes hacer para cuidar su salud mental y la tuya en estas fechas.
1. ¿Demasiados regalos? Lo que aprenden sobre deseo y frustración
Muchas madres y padres cuentan algo parecido:
“Yo de pequeño no tuve casi nada, y ahora quiero que a mis hijos no les falte de nada”.
Esa frase nace del amor, pero si no la revisas puede convertirse en montañas de juguetes olvidados en pocas semanas y en niños que confunden cariño con cantidad.
La investigación sobre materialismo indica que, cuando las personas colocan el dinero y las posesiones en el centro de su vida, su bienestar psicológico tiende a bajar: más emociones negativas, peor imagen de sí mismos y más comportamientos de riesgo. PubMed
En la infancia y la adolescencia, esto se traduce en varios mensajes peligrosos:
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“Si tengo mucho, valgo mucho”.
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“Si no recibo lo que quiero, no me quieren lo suficiente”.
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“La frustración no se soporta, se tapa con algo nuevo”.
En nuestro artículo «Lo que debes de saber para tener hijos emocionalmente sanos» hablamos de cómo el exceso, la sobreprotección y la dificultad para tolerar el “no” afectan al desarrollo emocional.
No se trata de prohibir los regalos, sino de que no se conviertan en la única forma de expresar amor.
2. Pantallas, redes y comparación en adolescentes
Para muchos adolescentes, la Navidad ya no va solo de regalos físicos. Las redes sociales se llenan de historias sobre viajes, fiestas, ropa, móviles nuevos. Comparan continuamente su vida con la de otros.
Estudios sobre el uso de redes y bienestar emocional muestran que la comparación constante con los demás se relaciona con más síntomas de ansiedad y depresión en adolescentes, sobre todo cuando basan su autoestima en la imagen y en el reconocimiento externo. theparentingmentor.com (inferencia basada en literatura general)
¿Qué ven ellos?
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quién tiene el último modelo de móvil,
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quién viaja a un lugar “de moda”,
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quién sube la foto con más “me gusta”.
¿Qué pueden sentir?
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vergüenza por no tener lo mismo,
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presión para que sus padres se estiren más,
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vacío cuando se dan cuenta de que, aunque lo tienen, la sensación de felicidad dura poco.
Aquí tu papel como adulto resulta clave. No necesitas discursos sermoneadores, sino conversaciones reales sobre lo que sienten cuando miran esas imágenes y qué valor quieren dar a lo que viven.
3. El poder de los rituales familiares (también para los adolescentes que “pasan de todo”)
Hay algo que la ciencia ha estudiado y que muchas familias confirman en la práctica: los rituales familiares. Poner el árbol juntos, repetir un juego cada año, cocinar una receta especial, pasear a ver luces, escribir deseos para el año nuevo… parecen detalles, pero no lo son.
Un trabajo con más de mil personas mostró que quienes tenían rituales claros en Navidad disfrutaban más de las fiestas y se sentían más cerca de su familia, independientemente de cuánto gastaran. Harvard Business School
Esto también vale para adolescentes. Aunque a veces digan “qué rollo” o “paso”, suelen recordar con cariño:
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esa película que se veía siempre el 24 o el 31,
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esa tradición medio absurda que solo entendéis en casa,
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ese momento en el que cada uno comparte un deseo o algo que agradece del año que termina.
Los rituales no son una obligación; son un hilo que da continuidad y seguridad en medio del ruido.
Pautas para madres y padres: cuidar emociones en Navidad
1. Habla de dinero y límites con honestidad
En lugar de esconderte o sentir culpa, puedes explicar:
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“Este año no vamos a comprar todo lo que sale en la tele”.
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“Elegimos pocos regalos, pero pensados”.
Algunos padres utilizan reglas tipo “algo que quieras, algo que necesites, algo para leer y algo para compartir”. No hace falta que lo sigas al pie de la letra, pero sí que pienses qué quieres enseñar sobre el deseo, la espera y el valor de las cosas. selfpsicologos.es
Pregúntate:
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¿Compras para ellos o para calmar tu propia culpa o miedo?
2. Escucha sus emociones, no solo sus peticiones
Si tu hijo o hija reacciona con rabia o tristeza, intenta ir más allá del “no te pongas así”:
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“Veo que te has enfadado mucho, cuéntame qué te ha dolido”.
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“Parece que te sientes menos que tus amigos, ¿es así?”.
Detrás de muchos enfados hay vergüenza, miedo a quedarse fuera o sensación de injusticia. Cuando un niño o adolescente siente que puede hablar de eso sin juicio, se regula mejor.
3. Cuida los tiempos de sobreestimulación
Días llenos de azúcar, pantallas, horarios cambiados y regalos en cadena suelen acabar en colapso. Intenta:
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espaciar los regalos,
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dejar ratos sin pantallas,
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mantener algunas rutinas básicas de sueño y comida.
El sistema nervioso de los niños necesita espacios de calma, igual que el tuyo.
4. Incluye a los adolescentes en las decisiones
No les trates como invitados pasivos. Pregunta:
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“¿Qué te gustaría mantener de otros años?”
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“¿Qué cambiarías de estas fiestas?”
Cuando sienten que cuentan, se implican más y se colocan menos en el lugar de “críticos de todo”.
Preguntas para que te observes
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¿Te descubres comprando más de lo que puedes por miedo a que tus hijos se sientan menos que otros?
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¿Te cuesta decir “no” por temor a decepcionarles?
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¿Te gustaría que la Navidad fuera un tiempo de aprendizaje emocional y no solo de consumo?
Si te reconoces, quizá sea el momento de trabajar estos temas en terapia familiar o psicología infantil y adolescente.
Conclusión
La Navidad puede convertirse en una escuela silenciosa donde tus hijos aprenden qué vale, qué no, cómo se maneja la frustración y qué significa sentirse en familia.
La ciencia nos recuerda que:
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el materialismo se relaciona con menos bienestar, también a largo plazo,
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los rituales familiares sencillos aumentan el disfrute y la sensación de cercanía,
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y la forma en que los adultos acompañan las emociones influye profundamente en la salud mental de niños y adolescentes.
Si sientes que estas fiestas te superan, recuerda que no tienes que hacerlo solo. En Self Psicólogos, centro psicológico en Majadahonda, acompañamos a familias, niños y adolescentes de Majadahonda, Pozuelo de Alarcón, Boadilla del Monte y Las Rozas que desean construir una relación más sana con la Navidad, con los regalos y, sobre todo, entre ellos.

Referencias (APA 7ª edición)
Dittmar, H., Bond, R., Hurst, M., & Kasser, T. (2014). The relationship between materialism and personal well-being: A meta-analysis. Journal of Personality and Social Psychology, 107(5), 879–924. PubMed+1
Sezer, O., Norton, M. I., Gino, F., & Vohs, K. D. (2016). Family rituals improve the holidays. Journal of the Association for Consumer Research, 1(4), 509–526. Harvard Business School+1