¿Por qué el verano también puede ser un momento de crisis emocional?
Cuando el silencio del verano nos enfrenta a lo que evitamos durante el año
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Cuando todo para… y el malestar aparece
Agosto. Madrid se vacía, las redes se llenan de fotos de playas y sonrisas, y parece que todo el mundo está disfrutando… menos tú. Mientras algunos viven el verano como un tiempo de descanso y disfrute, muchas personas experimentan justo lo contrario: una sensación de vacío, ansiedad o incluso tristeza difícil de nombrar.
¿Por qué ocurre esto justo en una época que, en teoría, debería ser placentera? ¿Qué revela este contraste sobre nuestro mundo emocional? Este artículo te invita a explorar el lado menos visible del verano: ese que, en su calma aparente, puede activar una auténtica crisis emocional.
El espejismo del verano perfecto: expectativas vs. realidad
Durante el resto del año, muchas personas se aferran al verano como promesa de desconexión o recompensa. Se proyecta sobre él una idealización: descanso, alegría, encuentros, viajes. Pero ¿qué pasa cuando la realidad no cumple esas expectativas?
El tiempo libre puede ser un terreno fértil para que afloren emociones que normalmente mantenemos a raya con el ritmo frenético del día a día. Sin trabajo, rutinas ni obligaciones constantes, emergen preguntas difíciles:
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“¿Estoy realmente satisfecho con mi vida?”
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“¿Por qué me siento tan solo si se supone que debería estar disfrutando?”
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“¿Qué sentido tiene todo esto?”
Este parón estival puede, sin que lo esperemos, activar una crisis existencial o poner de manifiesto un malestar latente que el resto del año conseguimos silenciar.
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La ansiedad estival: cuando la desconexión no es tan sencilla
Aunque el verano suele relacionarse con descanso, para muchas personas representa una fuente de estrés. En especial para adolescentes o adultos que se quedan en Madrid, mientras sus vínculos se dispersan y las calles se vacían, puede surgir una intensa sensación de desconexión emocional y soledad.
La falta de actividad, el calor sofocante y el silencio urbano pueden potenciar estados de ánimo bajos, insomnio, irritabilidad o incluso ansiedad. Algunas personas experimentan síntomas físicos sin una causa médica clara, otros notan una baja energía o una apatía generalizada.
A veces, los cambios de rutina, la interrupción de los horarios regulares y la presión social por disfrutar pueden alterar el equilibrio emocional y generar lo que se conoce como ansiedad estacional o estival.
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El verano y la verdad emocional: lo que no se dice también duele
La ralentización del verano nos enfrenta a nosotros mismos. Lo que habitualmente tapamos con compromisos, trabajo o actividades, se hace más presente. Aparecen recuerdos, heridas no cerradas, decisiones pospuestas.
Este fenómeno es especialmente común en personas que han atravesado duelos recientes, rupturas, cambios vitales o situaciones no resueltas. También afecta a adolescentes en momentos de transición o a adultos que, ante el silencio del verano, conectan con una sensación de vacío emocional difícil de compartir.
En este contexto, el verano no solo no “cura”, sino que puede confrontarnos con la necesidad de parar, mirar hacia adentro y pedir ayuda.
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Pautas y estrategias para el bienestar relacional y emocional en verano
Aunque el verano puede remover mucho internamente, también puede convertirse en una oportunidad de autoconocimiento y reparación emocional. Aquí tienes algunas pautas para transitar este tiempo con mayor conciencia:
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Cuida tu diálogo interno: ¿Qué te estás exigiendo en este momento? ¿Es realista pensar que debes sentirte feliz todo el tiempo? Permítete sentir sin juicio.
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Conecta con alguien de confianza: A veces una conversación honesta puede aliviar más que cualquier plan. ¿A quién podrías llamar esta semana simplemente para hablar de cómo estás?
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Observa lo que emerge: ¿Hay emociones o pensamientos recurrentes estos días? ¿Qué podrían estar señalando sobre tu historia o tus necesidades actuales?
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Crea pequeños rituales diarios: Leer, escribir, pasear temprano, cuidar plantas o hacer ejercicios de respiración pueden ayudarte a reconectar contigo mismo.
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Valora si necesitas acompañamiento profesional: Si este verano estás sintiendo una tristeza persistente, ansiedad o sensación de vacío que no sabes cómo manejar, puede ser el momento de buscar ayuda psicológica.
Preguntas para reflexionar:
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¿Te has sentido identificado con esa sensación de que «algo no encaja» este verano?
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¿Cómo ha influido el ritmo del verano en tus pensamientos y emociones?
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¿Qué aspectos de ti mismo o de tus relaciones han emergido con más fuerza durante este tiempo de pausa?
Cuando el verano revela lo que ya estaba: buscar apoyo es un acto de valentía
El verano puede ser mucho más que un paréntesis: puede ser una puerta hacia un cambio profundo si sabemos escuchar lo que trae consigo. A veces, para comprender lo que sentimos, hace falta parar. Otras veces, hace falta hablarlo con alguien que sepa acompañar ese proceso.
Escrito por Rebeca Carrasco García Psicóloga y psicoanalista relacional en Self psicólogos Majadahonda
En Self Psicólogos, nuestro equipo está disponible durante el verano para ayudarte a comprender lo que te ocurre, en un entorno profesional, cálido y cercano. Somos un centro psicológico en Majadahonda con experiencia en el acompañamiento emocional de adultos, adolescentes, parejas y familias. Atendemos también a personas de Pozuelo de Alarcón, Boadilla del Monte, Las Rozas y alrededores.
Si estás atravesando un momento de crisis emocional, ansiedad estival o simplemente quieres iniciar un proceso de crecimiento personal, podemos ayudarte desde nuestra clínica de psicología en Majadahonda, en la Calle Gran Vía 52. A veces, el primer paso no es irse lejos, sino mirar adentro.
Referencias
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