¿Cómo se vive una relación tóxica desde dentro?

Hay relaciones que, desde fuera, parecen perfectas. Compartís risas, complicidades, fotos que capturan momentos dulces. A veces incluso tú misma creías que todo iba bien… hasta que algo dentro empezó a tensarse. Una alerta sutil, casi imperceptible al principio: el gesto que mides, la palabra que te guardas, la sonrisa que se fuerza.

Como si una parte de ti tuviera que estar siempre vigilante, calibrando el tono, adivinando el humor del otro para no romper el equilibrio. En consulta, muchas personas nos dicen: “No entiendo por qué me siento así si también hubo momentos tan bonitos”.

Y es que no basta con que una relación tenga instantes dulces… si lo que la sostiene es el miedo. Si alguna vez te sentiste sola/o dentro de una pareja, si hiciste malabares emocionales sin red, quizás no era amor… sino una relación tóxica.

Metáfora del circo: la inestabilidad emocional en una relación tóxica

Imagina que estás en una función de circo. Vas a hacer una figura en el aire, colgada/o de las telas. Estás concentrada/o, girando, desafiando la gravedad… Pero abajo está él/ella.

A veces te aplaude. A veces te grita que lo haces mal. Un día te anima, otro se enfada porque miraste al público. Un día está, otro no. ¿Cómo puedes entrenar tu número si no sabes con qué cara te vas a encontrar abajo? ¿Cómo confiar si el apoyo desaparece justo cuando más lo necesitas?

Así se siente vivir en una relación tóxica: como sostenerse en el aire sin red, intentando agradar para evitar el golpe. Muchas personas aprenden a hacer piruetas emocionales, a tragarse las palabras, a tensar el cuerpo… solo para no caer.

Y no, no es un fallo tuyo. Es lo que pasa cuando el amor se convierte en una cuerda floja: el cuerpo y la mente entran en modo supervivencia.

👉 Si este tema te resuena, te recomendamos leer nuestro artículo sobre Maltrato psicológico: qué es, cómo reconocerlo y qué hacer

El amor como tela, no como nudo: ¿cómo saber si vives una relación tóxica?

Imagina ahora la tela aérea: suave, que se enrosca contigo, te permite girar, soltarte, volver a agarrarte. Si necesitas parar, puedes caer sobre la red. Si te cansas, puedes aflojar.+3

Así debería sentirse el amor: como una tela que acompaña, no que asfixia.

Pero cuando esa misma tela se convierte en nudo, cuando lo que antes envolvía ahora ahoga… entonces algo cambió. Y a veces cuesta reconocerlo porque también hubo ternura, porque no todo fue oscuro. Pero el amor auténtico no debería doler tanto.

En consulta, a veces alguien recuerda un gesto bonito y lo usa para justificar el resto. Y ahí surge esta pregunta clave:

¿Esa tela te dejaba respirar? ¿O se volvió un nudo en la garganta?

👉 Si te sientes identificada/o, te puede ayudar también este artículo: ¿Estoy en una relación tóxica?

Ejercicio terapéutico: “La maleta de la relación tóxica”

Te propongo un ejercicio:

Cierra los ojos. Imagina que esa relación fue un viaje. Delante tienes la maleta que llevaste. Ábrela.

Y pregúntate:

• ¿Qué pusiste tú en esa maleta?

• ¿Qué metió la otra persona?

• ¿Qué pesa más?

• ¿Qué de todo eso quieres volver a llevar contigo?

• ¿Y qué no vas a cargar nunca más?

Este ejercicio ayuda a reconocer qué cargas no eran tuyas, qué creencias sobre el amor absorbiste sin darte cuenta y, sobre todo, te devuelve el poder de elegir. Porque salir de una relación tóxica no significa huir, sino recuperar tu capacidad de decidir.

Círculo de pertenencia: reconstruir tus vínculos tras una relación tóxica

Cuando una relación tóxica termina, no se trata solo de sanar el vínculo con el otro… sino con una misma. Redefinir tu red afectiva también es parte del proceso.

Dibuja tres círculos concéntricos:

• En el centro, escribe los nombres de las personas con las que puedes ser tú, sin disfrazarte.

• En el segundo, quienes te quieren pero no terminan de verte del todo.

• En el tercero, quienes te hacen sentir que tienes que rendir examen.

Ahora mira tu dibujo. Pregúntate:

• ¿Dónde están tus amistades?

• ¿Dónde te gustaría que estuvieran?

• ¿A quién te gustaría acercar?

• ¿A quién necesitas alejar un poco para respirar mejor?

Este ejercicio no va de romper lazos, sino de recolocar con conciencia. Porque el amor sano no exige máscaras.

Sanar tras una relación tóxica: volver a ti

Salir de una relación tóxica no es el final. Es el principio de un camino que vuelve hacia ti. Hacia lo que diste, hacia lo que sostuviste, hacia lo que confundiste con amor porque nadie te enseñó otra cosa.

En Selfpsicólogos, nuestra clínica en Majadahonda, acompañamos estos procesos con cuidado, sin juicio. Sabemos que a veces no se trata de “salir” de una relación tóxica, sino de entender cómo llegaste ahí, cómo lograste sostenerte y cómo volver a confiar en ti… y en los otros.

Cuando el amor aprieta… no es amor. Aprende a soltar el nudo y a reconstruirte tras una relación tóxica.

Autora: Rebeca Carrasco García
Psicóloga clínica en Selfpsicólogos, psicología con sentido en Majadahonda

Referencias científicas

• Ballester, C. G., Mañes, R. J. M., & Llario, M. D. G. (2014). Desorganización del apego y el trastorno traumático del desarrollo (TTD). Revista INFAD de Psicología. International Journal of Developmental and Educational Psychology, 3(1), 375-384. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=349832652048

• López-Soler, C. (2008). Las reacciones postraumáticas en la infancia y adolescencia maltratada: el trauma complejo. Revista de psicopatología y psicología clínica, 13(3).

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